"Nada de colinas verdes ni playas arenosas. Nada de cordilleras blancas ni bosques densos. Mejor nombre que Tierra era el de Océano, pues el mundo estaba casi completamente sumergido bajo una profunda capa de agua salada caliente. No hay tierras que separen los mares. Aquí y allá emergen sobre la superficie del agua las cimas de volcanes poderosos que arrojan inmensas nubes de gases nocivos. La atmósfera es aplastantemente densa y completamente irrespirable. El cielo, cuando está libre de nubes, está iluminado por un Sol letal que inunda el planeta de rayos ultravioletas. Por la noche es fácil observar meteoritos brillantes que producen destellos en el cielo. De cuando en cuando, un gran meteorito penetra en la atmósfera y se hunde en el océano, provocando gigantescos maremotos, de kilómetros de altura, que arrasan el globo. En el fondo del océano, el lecho marino es muy diferente de las rocas familiares de hoy. Inmediatamente debajo hay un horno infernal, que irradia calor original del tiempo de la formación del planeta. En algunos lugares, la delgada corteza se rompe, abriendo fisuras por la que surge lava fundida que invade las profundidades oceánicas... Y en algún lugar de estas tórridas profundidades, en los recónditos huecos del lecho marino, esta sucediendo algo único, producto del azar combinatorio de los elementos primarios: está naciendo la vida."
Paul Davies "The Fifth Miracle: The search of the origin and meaning of life" (1999)
UN POST MUY REFLEXIOVO VANNE!
ResponderEliminarSALUDOS!
nace una vida..
ResponderEliminar=)
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